Palabras de Vida. Mujeres que Bendicen

Mujeres que Bendicen

Mujeres que Bendicen: Dios le da a la mujer un corazón de madre, de esposa, amiga, hermana… ¡Mujer! Corazón que espuerta de los más nobles sentimientos, que es cuna de amor y desde donde brotan como fuente los más cálidos sentimientos.

Dios en su infinita sabiduría permite que tenga la capacidad de sanar sus profundas heridas, y superar la adversidad con rigor y firmeza por su sensibilidad y grandeza en perdonar.

El diseño de su creación; su delicadeza y belleza como un vaso más frágil, según lo enseña 1 pedro 3:7. Permite apreciarla con Respeto y honra. Dios le dice al hombre: convivid de manera comprensiva con vuestras mujeres dándole honor como a coheredera de la gracia de la vida.

La mujer por su enorme capacidad de amar, tiene cuidado de bendecir con cada palabra que salga de su boca y por sus múltiples palabras dispone de habilidad para escuchar y aconsejar con ternura, y reprensión cuando es necesario, con firmeza y prudencia para no lastimar a quienes ama. Dios es quien toma su andar cada día y permite que sea como perfume de amor que se pueda esparcir por donde vaya.

La mujer como bendición sabe guardar su familia, y tiene cuidado de lo porvenir, cuando debe callar busca sabiduría del cielo para actuar con prudencia y dedicación a quienes edifica con sensatez.

Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.   Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.

Reconoce humildemente que es apoyo a quienes Dios estableció y forjo en su camino. Valora como ayuda idónea y complemento al hombre que Dios dispuso para sí. Se levanta y sus hijos la llaman bienaventurada y su marido también la alaba. Transmite seguridad, y confianza, fomenta tranquilidad y armonía y promueve alegría, paz, fortaleza, consuelo y ternura de quienes comparten con ella.

Todas las mujeres son vasija de honra. Regalo del cielo. Hoy podemos orar como familias por ellas y decir:

Gracias señor por las mujeres, por la capacidad maravillosa de dar vida y dar amor sin medidas. Permíteles cada día inspirar y transmitir seguridad y confianza a quenas les rodean; y seguir siendo de bendición para todos.

Bendecimos sus sueños, metas deseos y que se cumpla tu propósito en ellas.  Amén.

Cordialmente,
Eunice Ovalle castellanos
Pastora y Orientadora Espiritual. CCAH.